jueves, 7 de febrero de 2013

Metodología del profesor/a tutor/a de prácticas, ¿la cambiamos o no?


Desde mi corta experiencia como profesora en prácticas quería compartir con vosotros una metodología que me ha parecido muy positiva, de momento. Ya veremos lo que dura.
 
Os pongo en situación: en un aula de 1º de ESO de plástica son como 30 alumnos. Enseguida detectamos la diferencia de nivel entre ellos en relación a los siguientes aspectos: implicación y compromiso con la asignatura, trabajo, respeto, destreza. En dos semanas que llevamos compartiendo la clase con ellos, algunos aún siguen con el mismo ejercicio cuando hay otros que ya van dos ejercicios por delante. El profesor/a les deja ir terminando las láminas anteriores y llega un momento que pone una fecha tope para entregarlo todo. A ellos no les motiva en absoluto este método: se levantan, hablan con el de al lado, con el que está en la otra punta del aula, tardan media hora en sacar punta al lápiz, vienen sin material adecuado, se lo piden al compañero... un desastre. Algún día alguno se ha ido del aula habiendo hecho una o dos líneas en toda la hora. ¿Qué hacemos con ellos? ¿cómo podríamos motivarlos?
 
Los que van más avanzados están realizando ya unas caretas para carnaval practicando la simetría axial. Pensamos cómo premiar de alguna forma a los que trabajan bien, en lugar de estar todo el día encima de los que no se implican y pasan de la asignatura. Se nos ocurrió juntar las mesas en grupos de ocho de manera que pudieran hablar entre ellos sin levantarse y compartir material. Esta mañana hemos hecho dos grupos de 8 mesas mientras que el resto quedaba en la misma disposición de siempre en el aula, individualmente. En las mesas individuales hemos puesto a trabajar a los que aún no han llegado a las caretas mientras que los demás podían ocupar las mesas agrupadas. Les llevamos material de deshecho para que compartieran y tuvieran ideas para hacer sus caretas más creativas.
 
El resultado ha sido el siguiente: los alumnos que aún estaban terminando láminas anteriores han pintado a una velocidad que yo no les había visto antes y nos decían: "profe, ¿puedo irme ya a las otras mesas?" (INCREÍBLE). Y a los que estaban con las caretas se les han ocurrido ideas muy originales con el material que les llevamos (tapones, lanas, cacitos, bolsas, revistas, cartones, cintas, hueveras...). Al principio de la clase sólo había ocho alumnos en las mesas agrupadas (8 de 30). Al final de la clase ya eran unos cuantos más.
 
Nos daba al principio un poco de reparo plantearle al tutor/a este cambio de metodología pero al final le pareció bien, y más ahora, viendo el resultado. Lo que me temo es que cuando terminemos las prácticas todo vuelva a ser como antes. Sería una lástima.
 
A raíz de esta experiencia creo que vamos a intentar modificar el resto de clases de otros cursos. Es fundamental motivar a los alumnos, intentar que disfruten con lo que hacen. Lo que me ha llamado la atención ha sido ver las caras de asombro esta mañana cuando han visto que habíamos cambiado su aula. ¿No os pasaba a vosotros con las asignaturas de Héctor y Alejandro? Ese punto de misterio de "qué haremos hoy", "con qué nos van a sorprender" juega un papel muy importante.
Puede ser una manera de que vengan a clase con más ganas, hay días que me da la impresión de que vienen a descansar del resto de asignaturas.
 
Bueno, que esto al final se hace muy largo de leer, no me enrollo más aunque ya os podríamos contar muchas historias. No tengais miedo a innovar y proponer nuevas ideas a los tutores/as. Es verdad que no siempre salen bien o, al menos, como nosotros esperábamos, pero de eso también se aprende.
 
Que disfrutéis en vuestros coles.

Laura Lozano Arenal - Artes Plásticas y Visuales

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