sábado, 19 de enero de 2013


(un enlance me mandaron por facebook):

'Un hombre se sentó en una estación de metro en Washington DC y comenzó a tocar el violín, era una fría mañana de enero. Interpretó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese tiempo, ya que era hora pico, se calcula que 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos en su camino al trabajo.

Tres minutos pasaron, y un hombre de mediana edad de dio cuenta de que había un músico tocando. Disminuyó el paso y se detuvo por unos segundos, y luego se apresuró a cumplir con su horario.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar, y siguió caminando.

Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escucharlo, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Es evidente que se le hizo tarde para el trabajo.

El que puso mayor atención fue un niño de 3 años. Su madre le apresuró, pero el chico se detuvo a mirar al violinista. Por último, la madre le empuja duro, y el niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos sus padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.

En los 45 minutos que el músico tocó, sólo 6 personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. Alrededor del 20 le dieron dinero, pero siguió caminando a su ritmo normal. Se recaudó $ 32. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo cargo, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún reconocimiento.

Nadie lo sabía, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Él había interpretado sólo una de las piezas más complejas jamás escritas, en un violín por valor de 3,5 millones de dólares.

Dos días antes de su forma de tocar en el metro, Joshua Bell agotó en un teatro en Boston, donde los asientos tuvieron un promedio de $ 100.

Esta es una historia real. Joshua Bell tocando incógnito en la estación de metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de la gente. Las líneas generales fueron los siguientes: en un entorno común a una hora inapropiada: ¿Percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?

Una de las posibles conclusiones de esta experiencia podrían ser:

Si no tenemos un momento para detenerse y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor música jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?
Por: Josh Nonnenmocher'


Parece que no sólo somos nostros los que llevamos el beso de la muerte. Aunque creo que el anécdota también refleja como muchas veces los profesores también van a su propio rítimo, con la prisa de cumplir con el curriculum sin detenernos y dejar a los alumnos reflejar sobre lo que ven y lo que aprenden, y nosotros sobre lo que realmente les interesa a ellos.

2 comentarios:

  1. Sí, salió en la tele...
    ¿qué decir?
    si fuera Brad Pitt la gente se habría parado, pero es un especialista en una materia que no gusta a todos y sí a muchos, y no tienen por qué conocerle. Tampoco tenemos que estar todo el día fustigándonos, si en su lugar hubieran puesto a Elthon John la cosa habría cambiado porque es conocido por el 90% de la población.
    Hay que fijarse más en las cosas, cierto, pero también hay que comprender que la gente está sometida a presión y estrés y va pensando en sus cosas.
    M. Fátima

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  2. A mí también me llegó este correo y la verdad es que no me sorprendió en absoluto. ¿Cuál es la tendencia? Producción, producción, y... ¿la vida? ¿la vida para cuándo?

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