Desde
un enfoque personal, la clase del 29 de octubre junto con el texto proporcionado
por Alejandro, no sólo sirvió para pensar en los diferentes enfoques y metodologías
de que disponemos (como dice mi compañera de clase Clara) sino también pensar
en porque elegimos ciertos métodos para enseñar. Como dijo el profesor, ninguna
metodología es mejor que la otra y es importante estar cómodo con la(s) metodología(s)
que uno elija. No obstante, lo el texto ha subrayado para mí (aunque es muy
posible que me equivoque) es que cuando enseñamos tenemos que tener muy en cuenta
los procesos de aprendizaje de los alumnos para poder facilitar dichos
procesos. Así, desde una perspectiva del constructivismo (creo), tenemos que dejar a los alumnos reflexionar sobre que significa para ellos lo aprendido y ‘reestructurar los conocimientos previos’.
Por lo tanto, en mi opinión es muy importante ser
conscientes de las diferentes metodologías y epistemologías que existen no sólo
para tener opciones a la hora de enseñar, sino también para poder reaccionar de
la mejor manera posible ante las necesidades de los alumnos, eligiendo metodologías
y enfoques que responden a dichas necesidades. A mí me parece que utilizar
varias metodologías y enfoques es productivo siempre y cuando las utilizamos
para mejorar el proceso de aprendizaje del alumnado. Así, estoy muy de acuerdo
con Alejandro cuando dice que de por sí una metodología no es mejor que otra.
Sin embargo, a veces, creo que el contexto y las peculiaridades de la clase y de
los alumnos hace que unas metodologías faciliten mejor el aprendizaje de los
alumnos que otros. En este sentido, no sólo nos beneficia tener conocimientos
de las diferentes metodologías para tener más opciones a la hora de enseñar, pero
además para tener más posibilidades de facilitar el aprendizaje de los alumnos.
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