viernes, 23 de noviembre de 2012

Sobre PROMIN

Hola.
El documento me sugiere los siguientes comentarios:
·         Desconocemos cuál es el “umbral de satisfacción de las necesidades básicas”. Supongo que alude al NBI, bastante utilizado en América Latina; creo que sus indicadores plantean algunas dudas a la hora de medir fielmente los índices de pobreza y educación. Tal vez sea un problema lingüístico, pero mi impresión es similar con “alto riesgo social que la zona presenta, tanto en lo socio-demográfico como en su expresión de los perfiles de salud-enfermedad”. Se trata de campos muy amplios y personalmente me faltan datos para juzgar si el programa es oportuno y apropiado.
·          Morbimortalidad = causas de mortalidad.
       Efector = algo así como centro.
·          Entre los aspectos más interesantes del PROMIN están los siguientes:
-         Coordinar los programas de salud, nutrición y desarrollo infantil.
-         Mejorar la situación nutricional de los niños y convertir el acto de comer en un acto educativo.
-          Implantar hábitos de aprendizaje y salud.
-         Controlar el crecimiento y el desarrollo de los niños que concurren al comedor en coordinación con el Área de Salud.
-         Fomentar el desarrollo psicosocial y crear un espacio armónico donde el niño y la familia se sientan protagonistas.
-         Educar a través del juego en la edad temprana, máxime si éste se dirige a estimular la creatividad, la expresión, el conocimiento, la socialización, la psico-motricidad, la inteligencia simbólica y el lenguaje.
-         Consolidar la organización del grupo de madres que trabaja en el comedor.
·          La perspectiva “socio-histórica o socio-cultural” también se me escapa. La propuesta de ampliar las funciones de los comedores comunitarios municipales puede ser más o menos positiva, aunque no entiendo por qué no se trata de un programa formal y supongo que ese hecho tendrá consecuencias en su aplicación. Desde mi punto de vista, la nutrición y el desarrollo psico-social son cuestiones diferentes.
·          Me parece excesivo que, para que los niños de 2 a 5 años puedan recibir alimento y atención, tengan que asistir a un centro durante todos los días de la semana, al menos 4 horas, los 12 meses del año.
·          No acabo de ver a un niño de 5 años enseñando a uno de 2 a hacer un rompecabezas. Yo tengo dos sobrinos de esas edades y sus capacidades son muy diferentes. Cuando el pequeño es incapaz de hacer algo por sí mismo, desde luego no se queda mirando cómo lo hace su hermana.
·          En ningún momento se menciona la palabra “padre”. ¿No existen? El texto habla de “romper con el círculo de la marginalidad”, pero obviamente no con los roles clásicos. Según el texto, la madre es la mediadora natural entre los niños y su medio ambiente físico y humano. Hemos de suponer que no se trata de madres trabajadoras y que en ningún caso es el padre o la abuela quien se queda en casa cuidando de los más pequeños. La capacitación previa “pretende hacerlas conscientes de la importancia de su actuación para conseguir un desarrollo integral de los niños”. Es decir, la madre tiene que ser también educadora y por tanto será en parte responsable del posible fracaso escolar del hijo. Es como para pensárselo dos veces. Además, a partir de su participación en el programa puede dedicarse también a cambiar su medio ambiente físico y social. Y todo ello con una amplia sonrisa, claro está.
·          “Las actividades educativas con las madres están destinadas a la toma de conciencia y el análisis del profundo cambio y sus roles y funciones que la transformación del efector en CDI implica. De madres cocineras a madres cuidadoras-educadoras y, en una segunda etapa, a asistentes de maestra jardinera.” Pero, ¡qué suerte tienen estas mujeres! Son responsables del cuidado y de la educación de los niños; si además trabajan como encargadas de cocina y limpieza, que no se preocupen, que van a aprender igual. ¿A nadie se le ha ocurrido que lo que necesitan es capacitación profesional? ¿O es que la maternidad posterga cualquier otro valor de la persona? ¿De qué viven? Y los efectos multiplicadores “en su medio familiar y social” son la bomba. Se convertirán en poseedoras de los saberes colectivos y crearán un eje de solidaridad para ocuparse de las personas en situación de necesidad. Aprenderán nutrición, primeros auxilios, educación, salud, autogestión, capacitación continua, roles y funciones. Vamos, que entran como madres y salen siendo la h…, todo por el mismo precio. De hecho, en algún momento se menciona que parte del personal de los centros trabaja de manera voluntaria, así que por qué no aprovechar el filón.
·          “En estos centros se pretende alcanzar una fuerte participación comunitaria con la incorporación activa y organizada de las madres en la atención de los niños, no sólo en lo nutricional y sanitario, sino también en lo educativo”. Sin embargo, sólo se habla de madres e hijos. ¿Dónde está la comunidad?

Saludos,
María J. Uzquiano, Grupo de Artes Plásticas y Visuales + Educación Física

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