miércoles, 5 de diciembre de 2012

El final de Los 400 golpes (1959)





Esta película va más allá de la dura representación de la vida de un adolescente y nos muestra su propia búsqueda de su identidad como persona. El protagonista realiza un viaje desde la vulnerabilidad hacia la independencia.
El protagonista sufre durante toda la película la huida permanente de esa bonita infancia que le ha sido negada sobre todo por su familia.  El final y el mar es una metáfora de la libertad tan anhelada por él. De una manera global se podría decir que esta película trata de lo que rotundamente no se puede hacer en educación. Este adolescente no es valorado en la escuela y nunca se señala las características positivas que este posee. Tampoco es valorado en casa con una madre que proclama lo que hay que hacer sin dar ejemplo y un padre que está ausente.
Ese final es lo que más me ha gustado. Nos hace reflexionar, y lo deja tan abierto que cada individual podría tener una interpretación  diferente. Ese final es la incertidumbre del protagonista. El cual se queda congelado en el tiempo. Una canción de Luis Eduardo Aute dice:
"Recuerdo bien
 aquellos "cuatrocientos golpes" de Truffaut
y el travelling con el pequeño desertor,
Antoine Doinel,
playa a través,
buscando un mar que parecía más un paredón.”



Ana María Pérez

No hay comentarios:

Publicar un comentario