jueves, 13 de diciembre de 2012

El jardín de senderos que se bifurcan (J.L.Borges)


Leyendo el post "Búsqueda de la identidad en la adolescencia", así como las referencias hechas en los comentarios (ahora leeré con atención las nuevas que ha colocado Alejandro), comencé a releer "El jardín de los senderos que se bifurcan" de J.L.Borges. Pensé de nuevo en "proceso y etapa", en cómo vamos construyéndonos, en ese quién somos que no solo se lee por aquella característica, rasgo, que pueda mantenerse en diferentes situaciones y contextos, sino también por aquello que no se manifiesta, que no acontece, que no se hace (o nombra).

A continuación os dejo unos fragmentos que a mí me parecen significados: (Podéis leerlo entero en la siguiente dirección: http://textosenlinea.com.ar/borges/Ficciones.pdf )





“(...) Casi en el acto comprendí; El jardín de senderos que se bifurcan era la novela caótica; la frase "varios  porvenires (no a todos)" me sugirió la imagen de la bifurcación en el tiempo, no en el espacio. La relectura general de la obra confirmó esa teoría. En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta por una y elimina las otras; en la del casi inextricable Ts'ui Pên, opta -simultáneamente- por todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan. De ahí las contradicciones de la novela. Fang, digamos, tiene un secreto; un desconocido llama a su puerta; Fang resuelve matarlo. Naturalmente, hay varios desenlaces posibles: Fang puede matar al intruso, el intruso puede matar a Fang, ambos pueden salvarse, ambos pueden morir, etcétera. En la obra de Ts'ui Pên, todos los desenlaces ocurren; cada uno es el punto de partida de otras bifurcaciones. Alguna vez, los senderos de ese laberinto convergen: por ejemplo, usted llega a esta casa, pero en uno de los pasados posibles usted es mi enemigo, en otro mi amigo. Si se resigna usted a mi pronunciación incurable, leeremos unas páginas."

"(...) Sé que de todos los problemas, ninguno lo inquietó y lo trabajó como el abismal problema del tiempo. Ahora bien, ése es el único problema que no figura en las páginas del  Jardín. Ni siquiera usa la palabra que quiere decir tiempo. ¿Cómo se explica usted esa voluntaria omisión?"

"(...) »-Precisamente -dijo Albert-, El jardín de senderos que se bifurcan es una enorme adivinanza, o parábola, cuyo tema es el tiempo; esa causa recóndita le prohíbe la mención de su nombre. Omitir siempre una palabra, recurrir a metáforas ineptas y a perífrasis evidentes, es quizá el modo más enfático de indicarla. Es el modo tortuoso que prefirió, en cada uno de los meandros de su infatigable novela, el oblicuo Ts'ui Pên. He confrontado centenares de manuscritos, he corregido los errores que la negligencia de los
copistas ha introducido, he conjeturado el plan de ese caos, he restablecido, he creído restablecer el orden primordial, he traducido la obra entera: me consta que no emplea una sola vez la palabra tiempo. La explicación es obvia: El jardín de senderos que se bifurcan es una imagen incompleta, pero no falsa, del universo tal como lo concebía Ts'ui Pên. A diferencia de Newton y de Schopenhauer, su antepasado no creía en un tiempo uniforme, absoluto. Creía en infinitas series de tiempos, en una red creciente y vertiginosa de tiempos divergentes, convergentes y paralelos. Esa trama de tiempos que se aproximan, se bifurcan, se cortan o que secularmente se ignoran, abarca  todas las posibilidades. No existimos en la mayoría de esos tiempos; en algunos existe usted y no yo; en otros, yo, no usted; en otros, los dos. En éste, que un favorable azar me depara, usted ha llegado a mi casa; en otro, usted, al atravesar el jardín, me ha encontrado muerto; en otro, yo digo estas mismas palabras, pero soy un error, un fantasma."


Para concluir, en relación al texto "Un currículo oculto para la juventud: ¡¿Qué quieren de mí?!" de Kegan, ¿os imagináis a Matty pudiendo estar en la fiesta y a la hora que debería estar en casa a la vez? ¿Os imagináis tener ese "poder" (si lo considerárais de esa manera)? ¿Podría decirse que Matty "estaría" en ambas situaciones al valorar las consecuencias de una u otra alternativa? ¿El proceso de aprendizaje sería parecido a lo que se plantea en el texto de Kegan si en lugar de un tiempo tuviésemos de forma consciente la posibilidad que nos ofrece Borges, o por el contrario, lo haríamos de una manera distinta? ¿Cómo imagináis que sucedería? ¿Qué ocurriría sin elecciones por estar todas? 

     

Imagen de la izquierda: Pablo Palazuelo; Omphale II, 1962. Óleo sobre lienzo, 277x207 cm. Fondation Maeght, Saint-Paul de Vence. Foto: Claude Germain.

Imagen de la derecha: Pablo Palazuelo; Nigredo I, 1991, Óleo sobre lienzo, 170 x 133 cm. Museo Reina Sofía, Madrid.



Muchas gracias a tod@s.

10 comentarios:

  1. Hola ClothoBobardi

    No conocía este cuento de Borges (imagino que es uno de sus cuentos). Y me ha gustado mucho, francamente interesante y pertinente. Al igual que tus preguntas del final. Uno de los problemas en la adolescencia es justamente el de la ubicuidad, el querer estar en todas partes, el tenerlo todo, no tener que elegir, decidir, poder disponer de todas las experiencias a la vez, sin experimentar la pérdida implícita en toda elección. Por eso aludí al poema "The road not taken" en el post previo sobre la identidad, porque la identidad y el desarrollo se forjan a partir de lo que decidimos (y de lo que prescindimos).

    Otra cosa es ésa de no querer prescindir de nada. En la asignatura de Psicología del Desarrolla, tenemos más tiempo para analizar algunas de las cuestiones planteadas aquí por Kegan en el personaje de Matty, que son cuestiones relacionadas con el ámbito moral. ¿Qué es correcto que haga? ¿qué tengo en cuenta a la hora de decidir, mis necesidades, las expectativas de los demás, lo que esperan de mí, mis propios principios de actuación?

    Si no hay tiempo, o existe la posibilidad de vivir en paralelo diferentes posibilidades temporales, lo que no hay es decisión. Es un constante presente. No hay decisión y tampoco, como se plantearía desde ciertas filosofías orientales o tradiciones religiosas, tampoco hay ego, o yo, o sentido de uno mismo. Al decidir, aparece un ego, un yo decidiendo, y uno es también más consciente de sí mismo.

    Bueno, gracias por la sugerencia de la lectura y las preguntas.

    Un saludo

    Alejandro

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    1. Leí "The road not taken" y también miré el enlace que adjuntabas. Me gustó, además de leerlo, poder escucharlo. También por las conexiones que tenía con todo lo que se estaba hablando en aquel post y lo que pasaba por mi cabeza cuando subí este fragmento de Borges. Muchas gracias, Alejandro. Me quedo meditando las nuevas cuestiones que me surgen a raíz de tu comentario.

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  2. Hola, ClothoBoBardi:

    Tu entrada me hace pensar en la teoría del caos, en la post-modernidad de la que habló Alejandro en clase, en internet… Me recuerda también el ejercicio que nos han puesto en el Taller de Comunicación e Imagen Digital, y que es más bien un “currículo vital” o “árbol de la vida”, aunque esa expresión pueda condicionar la imagen final (por cierto, en alemán, CV = Lebenslauf, literalmente “recorrido de vida”).

    Hace mucho tiempo, el primer año que cursé una asignatura de Proyectos, nos recomendaron leer el libro "Seis propuestas para el próximo milenio", de Ítalo Calvino. Creo que fue en la quinta conferencia (la última que escribió), dedicada a la multiplicidad, donde Calvino hablaba del “modelo de la red de los posibles” y ponía como ejemplo un cuento de Borges. Las propias disertaciones de Calvino eran ejemplares en ese sentido, porque proponían un sinfín de relaciones entre diferentes autores y obras (si no conoces el libro y te interesa, puedo dejártelo el próximo día, yo tengo la edición de Siruela). Ni que decir tiene que me volví loca con Borges, lo leí todo, algunas cosas varias veces ("Ficciones"). Me gustó mucho ese trasfondo que iba más allá del manejo de la lengua, que enlazaba lo puramente narrativo con unos niveles de abstracción que a mí me sugerían universos matemáticos, espaciales... Había como un intento de controlar lo inasible que, en mi opinión, es lo que el ser humano siempre ha hecho al contar la realidad con palabras, trazos o números, pero que parecía llegar a un nivel mucho más cercano a lo que yo vivía día a día porque incluía el tiempo y el azar.

    Uno de mis pintores favoritos ha sido siempre Pablo Palazuelo. Siento no poder poner ninguna imagen, el sistema sólo lo permite cuando se realiza una entrada, pero es fácil encontrar información en internet. Alguna vez he leído (o si no, lo he imaginado) que sus cuadros se basaban en lo siguiente: cuando las hojas de un árbol caen al suelo o un grupo de árboles va creciendo en un bosque, no lo hacen de manera aleatoria, sino que siguen una serie de leyes matemáticas y geométricas; leyes que él pretendía descubrir. En definitiva, quería representar la naturaleza al igual que muchos otros pintores, pero no en su aspecto más visible, sino en sus principios internos. Tal vez éstos se hallan regidos por variables infinitas, pero que en cualquier caso existen, sólo que son demasiado complejas para nuestra mente y capacidad de representación. Esto me vuelve a llevar a la teoría del caos y a las posibilidades de sistematización matemática e ideación gráfica que ofrece actualmente la informática, que son más que evidentes en la arquitectura producida en los últimos años. Incluso a los últimos descubrimientos sobre la formación del universo (la teoría M…).

    Yo no tengo ni idea de historia del pensamiento, y de teoría literaria o del arte moderno sé lo básico, pero intuyo que los autores de los que he hablado estaban prediciendo algo que no había llegado, y que vuelve a enlazar con la “post-modernidad” que he citado al principio (Pablo Palazuelo murió en 2007 a los 92 años, los otros dos en la década de los 80 del siglo pasado). De una manera o de otra, estaban marcando una dirección por la que les era difícil transitar sin poseer o dominar una herramienta que estaba siendo desarrollada por personas ajenas a la creación artística: el mundo digital.

    Me parece que esto se acerca peligrosamente al capítulo 3.124 del programa REDES. No me hagas pensar más, Clotho, que estoy muy cansada y tengo muchos trabajos atrasados. Entre ellos, una cabeza de caballo proto-cubista con un ojo verde que me está mirando con cara de “no me gusta nada cómo han quedado los bordes irregulares de mi compañero azul sobre el fondo rojo”. Tengo que hacerle caso, porque además tiene razón. Y me espera una Navidad agotadora…

    Un besito, guapa. Échate unas risas.

    María J. Uzquiano – Grupo de Artes Plásticas y Visuales + Educación Física

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  3. ¡MILLONES DE GRACIAS, MARÍA, POR UN COMENTARIO DE ESTA MAGNITUD! ¡ME ENCANTA! En Borges viste cuestiones que a mí también me llamaron poderosamente la atención. El primer contacto que tuve con él fue a través del cuento del Aleph, maravilloso. De Ítalo Calvino leí "Las ciudades invisibles", pero no este otro título que me recomiendas. ¡Así que tengo que leerlo sí o sí! Por otro lado, si no te parece mal, busco algunas imágenes de Pablo Palazuelo y las coloco al final del post para que todos sepan de lo que estamos hablando :-) ¡Mucho ánimo con ese caballo! ¡Seguro que te queda genial! Besotes

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  4. PD: ¿A qué no sabes dónde vivió Pablo Palazuelo? Chantatachán... ¡En Galapagar! ;-)

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  5. Hola

    Hoy mientras conducía camino a Guadalajara, escuché una entrevista con Miqui Otero, en el programa de Radio 3 "Hoy empieza todo", sobre su nueva novela: "La cápsula del tiempo". Creo que retoma la idea borgiana mencionada en el post. Creo que será interesante echarle un vistazo. Aquí os dejo un enlace a una entrevista, por si os interesa: http://www.revistadeletras.net/dialogo-con-miqui-otero-por-jordi-corominas-i-julian/

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  6. O éste... parece que el tema puede ser interesante, además no conocía a este escrito. A ver, los de Literatura, ¿lo conocíais?

    http://www.playgroundmag.net/musica/articulos-de-musica/entrevistas-musicales/la-capsula-del-tiempo-blackie-books-reactualiza-los-libros-de-la-serie-elige-tu-propia-aventura-para-la-edad-adulta

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  7. En cierta forma, algo con lo que ya experimentó Cortázar en Rayuela, por mencionar a otro argentino ilustre, ¿no?

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  8. Hola, Alejandro.

    He leído los artículos que mencionas. Yo también creo que la casualidad domina nuestras vidas, lo que a veces resulta aterrador. Sin embargo, en lo que a literatura se refiere, estoy un poco anticuada y me gusta que, cuando me cuentan una historia, me la cuenten, ya sea muy sencilla o me quieran marear con una estructura que no deja de dar saltos. He leído algo de lo publicado por estas últimas hornadas de escritores, con sus mil personajes más o menos anecdóticos, sus coincidencias imposibles en puntos diferentes del tiempo y del espacio, y sus grandes disyuntivas vitales ("¿Me como primero el bocadillo salado o el dulce?"), y he acabado con la sensación de que son bocetos; como que les ha faltado un punto de serenidad, centrarse y aburrirse durante horas dando forma a una trama bien construida que me atrape.

    ¿Es tal vez el mismo defecto que achaco a internet? Creo que no tuve esa impresión cuando leí “Rayuela”, aunque hace ya tantos años que casi ni me acuerdo. No sé, no conozco la colección “Elige tu propia aventura” ni he leído a Otero, a lo mejor escribe muy bien (al final, todo es cuestión de calidad). Marsé me parece un genio, es muy curioso que lo mencione como referencia porque yo creo que está precisamente en el extremo opuesto, es como un artesano que no deja un solo detalle de la narración al azar.

    Enlazando a Cortázar con lo que hemos visto en las asignaturas de la especialidad del máster, recomiendo buscar en internet la obra de Piet Mondrian “Broadway Boogie-Woogie”, creada a ritmo de jazz en 1943 (a veces nos creemos TAN modernos…), y a continuación ver los siguientes vídeos en Youtube:

    http://www.youtube.com/watch?v=zZp7ndjzf_k&feature=player_embedded

    http://www.youtube.com/watch?v=4b85UBqUy28&feature=player_detailpage

    Hace unos meses hicimos un ejercicio sobre el punto y la línea en clase de Complementos para la formación en Artes Plásticas y Visuales. Yo imprimí una pequeña colección de planos de metro que encontré en internet y que al final no utilicé. La incluiría aquí si no fuera porque tendría que crear otra entrada, pero vaya, sólo hay que escribir el nombre de la ciudad y “metro” o “subway” en las imágenes de Google. Elegí aquellos que me parecieron más diferentes entre sí: Washington, Copenhague, Nueva Delhi (que cambia enormemente en función del modo de representación), Praga, México D.F., Moscú, Tokio (un plano con el fondo negro de lo más “japonés”), Lima, Seúl, San Francisco, San Petersburgo, Melbourne y Shangai.

    Saludos,

    María J. Uzquiano

    Grupo de Artes Plásticas y Visuales + Educación Física

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  9. Hola!! Excelente nota. Este cuento de Borges es mágico y muy filósico (como la mayoría de los suyos), pero además funciona como relato policial con una gran trama ¡me encanta!

    Justamente realicé un análisis en una nota en mi blog, donde también menciono algunos detalles del autor y curiosidades.

    Creo que Borges encontró el balance perfecto entre ensayo filosófico e historia de espionaje con este relato.

    Te invito a leer mi nota y comentarla!!

    http://www.viajarleyendo451.blogspot.com.ar/2013/05/el-jardin-de-senderos-que-se-bifurcan.html


    También, si querés podés seguirme en:

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    Subo notas de literatura, cine, humor y cultura en general. Saludos!!

    Luciano

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